Si trabajas en el sector farmacéutico, ya te habrás dado cuenta de que la publicidad de productos de salud está rodeada de límites, normas y excepciones. ¿Se trata de un tema que te genera muchas dudas o con el que precisas asesoramiento legal? En EDM Legal contamos con un equipo de abogados especializados en derecho farmacéutico en Vigo, A Coruña y Madrid, así que podemos pasar a explicarte hasta dónde puedes llegar legalmente y qué está completamente prohibido.
¿Cuál es la legislación que regula la publicidad farmacéutica?
La publicidad farmacéutica está regulada para proteger la salud pública y evitar que los medicamentos se promocionen como si fueran cualquier otro producto de consumo. Las bases legales están en el Real Decreto 1416/1994, la Ley de Garantías de Medicamentos y otras normas que se actualizan constantemente. Lo primero que debes saber es que todo mensaje publicitario debe ser veraz, prudente y coherente con la ficha técnica del medicamento. Nada de exageraciones ni promesas milagrosas.
¿Se puede anunciar cualquier medicamento?
La gran frontera está entre los medicamentos que requieren receta médica y los que no. Si el producto necesita prescripción, está prohibido publicitarlo al público en general. Ni anuncios, ni folletos, ni campañas en redes sociales. Solo se puede promocionar a profesionales sanitarios, y bajo unas condiciones muy estrictas: información técnica contrastada, sin incentivos económicos ni regalos, y siempre con respeto a la independencia del profesional.
¿Y qué pasa con los medicamentos sin receta? Aquí sí se permite la publicidad, pero con muchas condiciones. Por ejemplo, el medicamento no puede estar financiado por el sistema público (con excepciones puntuales), ni contener sustancias estupefacientes o psicotrópicas. Además, la campaña necesita la autorización previa de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
El contenido del anuncio también tiene límites claros. No puedes garantizar una curación, ni sugerir que acudir al médico es innecesario, ni prometer mejoras en el rendimiento físico. Tampoco se permite utilizar testimonios famosos o inducir a un autodiagnóstico erróneo. Todo el material debe incluir mensajes obligatorios como “Lea el prospecto y consulte a su farmacéutico” y, en algunos casos, advertencias específicas según el principio activo del producto.
Si lo que vendes no es un medicamento, sino un producto sanitario, las reglas también son exigentes. No se pueden atribuir propiedades terapéuticas propias de los medicamentos, y hay que dejar claro si existen restricciones de uso, por ejemplo, por edad. Además, se está reforzando la vigilancia sobre la publicidad en redes sociales, especialmente cuando se utilizan testimonios, reseñas o influencers.
Ante cualquier duda, consulta con un abogado especializado en derecho farmacéutico
Como hemos visto a lo largo del artículo, la regulación de la publicidad farmacéutica es notable y muy exigente. De ahí que sea tan importante estar bien asesorado para no cometer errores. Si lo necesitas, desde EDM Legal ponemos a tu disposición nuestro servicio de asesoramiento para publicidad en el sector farmacéutico. ¡Contacta desde aquí!